Hablar de mordida es hablar de la forma en la que nuestros dientes (superior e inferiores) se acomodan cuando cerramos la boca. Nuestra dentadura con todas sus piezas debe encajarse siguiendo un orden y una estructura. Si este cierre no es correcto hablamos de maloclusión, una característica que muchas personas tienen y que debe corregirse con el ortodoncista. No solventar esta anomalía puede provocar mayores problemas en el futuro. Esto puede suceder por el hecho de que el marco bucal (cimientos de la boca), es decir, los dientes y su estructura ósea no estén correctamente alineados. Las consecuencias de este hecho puede provocar desde una simple carencia estética hasta dolor de cabeza, pérdida de audición o trastornos digestivos. Como es lógico, existen varios tipos de mordida incorrecta o maloclusiones, las veremos a continuación.

Tipos de Maloclusiones

Las maloclusiones se dividen en distintos modelos y a su vez pueden combinarse entre ellas. Se clasifican en varias clases:

• Clase I: El canino inferior muerde por delante del canino superior. Esta mordida coordina los dientes como si de una cremallera se tratara. Un diente de arriba muerde dos de abajo.
• Clase II: Sucede cuando la mandíbula muerta por detrás de donde debería hacerlo. El canino inferior no está correctamente por delante del superior. Sino que está justo por debajo o muy por detrás. Dependiendo de la edad y otras características de la persona, esta maloclusión se puede corregir con ortodoncia (brackets), extracciones, modificación ortopédica de la mandíbula y cirugía ortognática. Esta clase de mordida es inestable ya que los dientes no encajan como en la anterior.
• Clase III: Se produce cuando la mandíbula muerde más adelante de lo que debería. El canino inferior está más de 3 milímetros por delante del superior. La solución a esta maloclusión depende en su mayoría de la edad de la persona que quiera tratarse. Aunque los tratamientos son similares a los de Clase II: brackets o cirugía ortognática